Marta Minujin nunca pasa desapercibida, para algunos lo que hace no es arte y para otros es una genial artista. Pero de lo que si podemos estar seguros es que logra un gran choque en la persona que ve lo que ella hace. Ella ha sido una de las grandes exponentes del Happening, del video arte y las performance. Y puso en jaque un nuevo concepto de belleza, la belleza como lo extraño, extravagante, lo novedoso, lo poco común y que genera un choque en las emociones del espectador. Aunque su arte no es comprendido por algunos, no por eso deja de ser arte. Puede ser más o menos complejo, pero por ello no deja de ser una búsqueda , una expresión de sentimientos que el artista quiere transmitir. Minujin hace que el arte no se limite al objeto, sino que quiere lograr una interacción con el espectador. El espectador puede no entender la obra pero no por ello deja de entender la extraña belleza que la contiene a la obra. Como diría Umberto Eco: "La belleza de la provocación es la qu
En los años 60 la entrada de la televisión en los hogares redefinió las relaciones del público con la imagen en movimiento. Sin embargo la deconstrucción se iba a producir en los lugares donde todavía iba a ser una extraña: los museos y las galerías de arte. Una de las artistas que iba tras esa búsqueda fue Marta Minujin que en 1966 tras haberse nutrido de la cultura hippie y de las teorías de Marshall McLuhan en Estados Unidos, comienza una serie de obras que utilizan la mediatización en la vida cotidiana. Las obras que realizó (por nombrar algunas) fueron: Simultaneidad en Simultaneidad, Circuit, Minucode y su antecedente más importante "La Menesunda". En dicha obra se utilizaron circuitos cerrados de televisión, la primera vez en la historia del arte. Junto a Rubén Santorini la presentaron el el Instituto Di Tella en mayo de 1965.